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El Señalador es un espacio para la difusión y libre expresión de los actores de la cultura en el oeste de Buenos Aires, en donde encontrarás la información más relevante acerca de los eventos y actividades artísticos y culturales de la zona, acompañada por nuestra opinión y recomendaciones.

Si deseas promover algún evento o quehacer cultural circunscritos a uno de estos dos partidos, podés enviarnos tu información junto al contenido de interés: gacetillas de prensa, comunicados, newsletter, enlaces, etc. y con gusto la incluiremos.

Nuestro espacio también está abierto a la publicación de poemas, relatos y fragmentos de obras literarias de los escritores de esta región del conurbano bonaerense.

martes, 6 de septiembre de 2011

EL OESTE: zona de diversidades culturales.

  En el oeste está el agite, canta Ricardo Mollo en un tema de Divididos. Más allá que desde algún rincón de nuestro imaginario colectivo se instaló este concepto, que alude a otro más profundo y que sitúa al oeste del Gran Buenos Aires como un ámbito de fuertes corrientes vinculadas a lo cultural suburbano y hasta contracultural, que aguarda soterrado en su intento de imponerse con características propias y así surgir, aún hoy es difícil definir esas características en si mismas, partiendo de sus singularidades y formando un todo colectivo, porque quizá lo individual o lo grupal con su idiosincrasia casi tribal, la heterogeneidad que abarca tonos muy diversos y muchas veces contrapuestos, constituyan el rasgo que defina una forma de cultura que abarca a participantes muy diversos y plurales, tanto como lo son las geografías de esta muy vasta “zona oeste”, que pueden cobijar desde lo urbano hasta lo semi rural, pasando por diferentes estadios intermedios, albergando actores culturales que fueron formados también dentro de esa diversidad misma, con sus peculiaridades que los distinguen por ser tan distintas: no es lo mismo alguien que se educó en los claustros citadinos de Ramos Mejía o Morón, que quien lo hace en Virrey del Pino o Texalar, para citar solo algunos ejemplos y, sin embargo, eso no impide que sus aportes culturales puedan cruzarse, entremezclarse, fundirse desde una misma visión o, aún desde diferentes miradas, lograr puntos muy interesantes de convergencia.

León Giecco en la plaza de Morón.


  A partir de los municipios erigidos en esta porción del conurbano bonaerense, la oferta cultural suele ser intensa a lo largo del año y es lo público ese sector que efectivizando distintos impulsos, métodos, vías de difusión y alternativas que siguen variadas líneas políticas, adquiere el rango de lo oficializado, mientras que por los costados o inclusive participando de una u otra manera, aparecen las formas no oficializadas de hacer cultura y que ocupan ámbitos de espacio público o privado para su cuota de acción. Es así que situados en espacios que establece el gobierno municipal, hay ofertas para todos los gustos que van desde los cursos, talleres, obras de teatro, recitales, charlas, conferencias (en sitios bajo techo o al aire libre), presentaciones, exposiciones de arte, etcétera, junto a una muy variada actividad docente especializada, hasta el ofrecer un sitio para que también aquello que no viene de lo estatal, pueda expresarse a través de diversos cauces. Y fuera de ese sector institucionalizado, florecen y se diversifican individuos o grupos que muchas veces “a fuerza de pulmón” logran hacerse de una voz, de un estilo o de una porción de esta “zona de agite”, para luego captar un escenario desde donde decir que también son intérpretes válidos y valiosos de esta cultura.
En este aspecto queda mucha tela para cortar, el paño es largo y ancho, y a eso volveremos desde El Señalador en otras entradas.

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