Carlos Kuraiem, es poeta, escritor y músico. Publicó los libros: Presagios de guerra (poemas, 2 de abril de 1982). El Canto del gallo rojo (poemas, 1985 - 2da. edición 2004). De Laúdes y Mistoles (poemas, 1996).
Realizó actuaciones en los teatros Del Centro, Estrella, Moliere, Sala FEC, Biblioteca José Ingenieros, C C General San Martín, Museo de Bellas Artes de
Participaciones: V Festival Internacional de Poesía Rosario (1997) Letrarte (Tucumán, 2006),Mesa redonda en Feria Internacional del Libro (2008), Encuentro de Escritores "Voces del Viento" (Bahía Blanca, 2010).
Publicamos uno de su trabajos poéticos:
Rémora
soga aire caminito
no dobles (o si)
seguí no acabes en pañuelo (o sí)
en declive en revés
en callejón sin salida
la vida es una cuadra larga y sola
raras mariposas
se despegan de ella
algún día les contaré
la historia de Gilgamesh
el rey que no quería morir
hoy no
miro mi camisa vaciada de mi
colgando de un clavo
juego a enhebrar el día
con una estrella puntiaguda
mis manos dos madres
alimentan peinan
limpian cuidan acarician
no abandonan
dicen que me vieron
irreconocible
añoche soñé
con la mujer del cabello
color arena
de la novela de Orwell
me ato y me desato
llueve
saco una mano fuera del poema
toco la piel del agua
el cielo lleno de charcos
la calle de nubes y barcos
encallados flotando
surcando el ancho río
el líquido espeso inútil
de las lágrimas
mi cuerpo tallado
en el mascarón de proa
brumas caminito
no dobles (o si)
seguí no acabes en pañuelo
soga aire caminito
no dobles (o si)
seguí no acabes en pañuelo (o sí)
en declive en revés
en callejón sin salida
la vida es una cuadra larga y sola
raras mariposas
se despegan de ella
algún día les contaré
la historia de Gilgamesh
el rey que no quería morir
hoy no
miro mi camisa vaciada de mi
colgando de un clavo
juego a enhebrar el día
con una estrella puntiaguda
mis manos dos madres
alimentan peinan
limpian cuidan acarician
no abandonan
dicen que me vieron
irreconocible
añoche soñé
con la mujer del cabello
color arena
de la novela de Orwell
me ato y me desato
llueve
saco una mano fuera del poema
toco la piel del agua
el cielo lleno de charcos
la calle de nubes y barcos
encallados flotando
surcando el ancho río
el líquido espeso inútil
de las lágrimas
mi cuerpo tallado
en el mascarón de proa
brumas caminito
no dobles (o si)
seguí no acabes en pañuelo
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